Resumen:
l proceso de envejecimiento de la población en Costa Rica no es aún evidente, ni constituye en este momento un problema social prioritario.
El incremento del peso relativo de la población de la tercera edad se
comenzará a sentir, cada vez en mayor medida, con el avance del siglo XXI. En consecuencia, Costa Rica enfrentará desafíos sociales y económicos debido a la rapidez del envejecimiento de la población en las primeras décadas del siglo XXI. Este artículo brinda un panorama global de la situación de este segmento poblacional, que evidencia su ritmo de crecimiento proyectado para las próximas décadas y muestra la evolución reciente de su situación referida a la forma de convivencia y su posición en los núcleos familiares en que residen.
La premisa justificadora del estudio es que la calidad de vida de las personas adultas mayores está determinada con la satisfacción del arreglo de convivencia logrado. Poco más de la mitad de las ancianas no conviven en pareja, situación que duplica a la de los ancianos. La presencia de personas adultas en las familias genera la necesidad de llegar a arreglos de convivencia. La solidaridad entre generaciones lleva a constituir hogares multigeneracionales y en Costa Rica cinco de cada siete personas de edad, conviven con miembros de dos o más generaciones. Las familias se transforman alterando su estructura y tamaño.; actualmente alrededor de una cuarta parte de los hogares costarricenses tienen en su seno al menos un anciano o anciana.
Esta investigación identifica las formas o arreglos de convivencia en la
ancianidad. El estudio clasifica a las personas de edad según variables de residencia conjunta, con especial énfasis en dos grupos de edad: 60 a 79 años y 80 años y más clasificados por sexo, así como la definición y
distribución de las personas de edad de acuerdo con una tipología de
convivencia. Una posible tipología de convivencia clasifica los arreglos de convivencia en autónomos, nucleares, extendidos y dependientes. Casi una tercera parte de las personas adultas mayores conviven en la primera categoría y una sexta parte como dependientes.; la mitad se les ubica en hogares nucleares y extendidos, con una diferencia importante a favor de la opción extendida.